jueves, 12 de marzo de 2015

La humanidad en el rol

En esta entrada queremos examinar el papel de la humanidad en distintos juegos de rol y ambientaciones. No queremos que sea algo puramente técnico (como sería comentar los distintos bonificadores que obtienen las razas X, Y, y Z en comparación con los bonificadores de los personajes humanos), sino algo más bien "filosófico". Queremos hacer ver cómo entendemos a la humanidad en los juegos de rol desde la fantasía épica a la ciencia ficción.




En primer lugar, definir el papel de la humanidad, es definir el papel de los que no son humanos. Y es definirlo desde sus ojos, desde su entendimiento.

Los elfos aportan la parte más solemne y elevada de la humanidad, mientras que los medianos son la parte más jocosa. Los enanos ejemplifican tanto la cerrazón como el sacrificio por la comunidad. Y los orcos la maldad. Pero podemos seguir. Los simbiontes son los seres humanos que han caído en un estado de frenética (y asesina) naturaleza. Los obin son la humanidad sin el ego. Los xenomorfos de Alien no son más que humanos defendiendo (de manera psicópata) su progenie y su ¿derecho? a expandirse por el cosmos.

Todas las razas inteligentes creadas por la ficción y la fantasía se basan en la percepción que la humanidad tiene de ellas. Desde El Señor de los Anillos, donde la lucha de la humanidad es el eje central de la novela, siendo los hobbits sus ayudantes, pero no los que van a heredar la Tierra Media; hasta La Vieja Guardia, donde la humanidad se mide con otras razas muy parecidas en sus pasiones y afectos a los humanos. Pasando por ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? donde la humanidad se ha escindido en sanos y mutados y aparece la competencia de los andrillos.

Así, no sorprende que la humanidad suela ser el eje central de las historias y, además, tenga los personajes más sorprendentes. Y es que, después de haber reflejado en otras razas características del ser humano, elevándolas, al ser humano sólo le quedaba una cosa: ser completamente neutral. O, dicho de otra forma, capaz de todo. Y esto es lo principal de la humanidad en los juegos de rol, el que representan a los personajes más libres y más complejos y más contradictorios. No importa de qué juego hablemos. En él, es posible encontrar a un ser humano liderando las fuerzas de la oscuridad. Es posible encontrar a un ser humano que ha llegado a la conclusión de que su raza merece ser exterminada.

Pero también es posible encontrar todo lo contrario: seres humanos comprometidos, honorables, buenos. Seres humanos que no tienen nada que envidiar a nadie.

La humanidad en los juegos es, por un lado, la forma en que nos percibimos a nosotros mismos como especie: capaces de llevar a cabo tanto la mayor mezquindad como la mayor bondad. Y, por otro, cómo percibimos nuestras cualidades aisladamente. Todas y cada una de las razas fantásticas inteligentes tienen algo que los identifica con los humanos, pero sólo los humanos tienen la capacidad de ser la versatilidad en estado puro.


Y a la hora de interpretar, esto debería reflejarse. Porque mientras que el típico enano o elfo no traicionarían a los suyos normalmente, un ser humano podría hacerlo si con ello considera que puede obtenerse un bien mayor. Mientras que un enano acepta su forma de sociedad y se sacrifica por ella, un humano muy bien podría intentar cambiarla o someterla. Y mientras que un orco no tendría problema en dejar morir a un camarada que le cae mal, un ser humano podría salvarlo atacado por un repentino sentimiento de remordimiento.

Esto me lleva al final de la exposición. Que es, básicamente, ¿son, entonces, necesarios los seres humanos? La respuesta es no. No son necesarios porque ya tenemos otras razas que reflejan sus pasiones, sus virtudes y defectos. No aportan nada desde ese punto de vista. Desde el que sí aportan es desde el punto de vista del cambio. Un personaje humano debería ser mucho menos estático que el resto de razas. Aunque haya nacido en un universo estático y tiránico. Aunque esté marcado por toda una vida de experiencias similares. A pesar de ello, la humanidad sólo puede ser cambiante.
Y, entonces, ¿por qué escoger personajes humanos? Por esa libertad que tienen/tenemos. Porque aun siendo tremendamente limitados, son tremendamente versátiles. Y porque aunque te canses del típico humano, puedes hacerte uno atípico sin que sea imposible. No como esa aberración de elfos bárbaros, enanos hechiceros, semiorcos magos, etc.


Jose Gallardo: Para mí, la humanidad representa todo eso, pero también la posibilidad de andar por senderos extraños. A fin de cuentas, ¿un malvado guerrero nunca siente remordimientos? Si no los siente, es un sociópata. Pero si los siente, debe tener alguna razón para hacer lo que hace. Por muy repugnante que sea lo que haga, debe tener algún motivo, alguna razón, que le impulse a desmembrar a sus semejantes. Y viceversa, un humano que se dedique a velar por el bien en su reino o en su galaxia debe tener una razón para sacrificar su vida por ello. De lo contrario es poco más que un imbécil, alguien adoctrinado, pero sin cerebro; o en el peor de los casos un mercenario del comportamiento.
Por otro lado, a nivel interpretativo, me parece que es la raza más libre de todas y la más esclava porque podemos hacer lo que queramos, pero somos esclavos de esas decisiones.

Miguel Belmonte: En todos los juegos de rol la humanidad es la media. Capaz de todo lo bueno y de todo lo malo. El resto de razas son idealizaciones de distintos aspectos humanos. Perfectos a la hora de interpretar, ya que nos dan una guía clara. Pero un humano puede ser tan noble como un elfo o tan cruel como un orco. En el caso de la ciencia ficción pasa lo mismo. Hay alinenigenas humanoides parecidos a las razas fantásticas (un obun de Fading Suns) o basados en animales humanizados (los Vargs de Traveller) . El caso es el mismo. Interpretar un alien "verdadero" seria imposible. Una evolución totalmente distinta conllevaría patrones mentales igualmente distintos y una incomprensión natural. El tema esta muy bien expresado en mucha obras de cifi, por ejemplo en "El juego de Ender", donde inicialmente es imposible comunicarse con los insectores. Mas fácil de llevar sería el caso del transhumanismo, se pueden usar razas totalmente exóticas, pero jugables ya que parten de la misma linea evolutiva y los mismos patrones de comportamiento.

David Magaña: Bueno, a lo que voy a escribir aquí seria algo conocido en el grupo de Facebook, si, no voy a poner nada nuevo salvo lo escrito ahora y mi opinión comienza aquí, que sera una parte, no el todo (de lo escrito en el grupo de Facebook):

"Mi forma de ver las cosas es distinta a lo que muchos se refieren al aspecto de sobre valorar a los humanos, y bueno, les he pillado mucha manía, tanto en lo que se refiere al aspecto de la vida real como a un juego de rol (los que conozco son una excepción claramente)"

Supongo que mi opinión va a diferir mucho y que no sera compartida por todos los que puedan leerlo, pero soy como soy y dudo que pueda retractarme de esta opinión, para bien o para mal, tan solo el futuro sabe.

Carlos Nieto: Estoy totalmente de acuerdo con lo que dicen José y Miguel, añadiré que en mi opinión la humanidad es algo mas que la media, es el origen y nexo de unión entre todas las demás razas, la humanidad siempre juega un papel central en todas las historias, pero lo mejor de todo que también tienen cierto gusto épico que sin destino solo con la decisión, se transforman, cambian y sorprenden, además de sentirse mas en sintonia con el espectador o lector. También darle las gracias a David que es de esos humanos que con valentía y respeto dicen lo que piensan, mas gente así hace falta.

Adrián Martínez: Para mí la representación de la humanidad en los juegos de rol es fiel reflejo de la ambientación del juego. En Chulhú por ejemplo se interpretan humanos normales y corrientes, sin poderes, y de hecho se explotan sus miedos, sus fallos y sus debilidades, es lo que se espera de un juego que intenta crear tensión en el jugador, esto sería imposible con personajes todo-poderosos.

En otras ambientaciones, las distintas razas no son más que representaciones de aspectos humanos, así que podríamos considerarlas como humanos esteriotipados.

Entrando en el aspecto más amplio y filosófico del tema que nos ocupa, también recalcar lo que han dicho más arriba, y es que un humano es capaz de lo mejor y de lo peor, con lo que llegando a extremos de cada espectro de la bondad o la maldad podríamos decir que estamos ante seres distintos a la raza humana, ya que sería difícil catalogarlos de otra forma (tanto en un extremo como en el otro). O quizás la raza humana es eso: extremos. En definitiva no soy yo quien tiene que juzgar eso, pero ahí está la reflexión.


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